jueves, 8 de mayo de 2014

13. New Beiginning.

Nos peleamos. Liam me intentaba explicar lo que le había ocurrido y yo lloraba desconsoladamente mientras hacia la maleta. Decía que no había sido su culpa y que si pudiese haberlo evitado lo habría hecho. Pero mis ojos no me engañaban. Sabía lo que había visto. Me pedía que no me fuese, pero yo sabía que no podía quedarme, debía volver.
No tenía a donde ir, pero tampoco podía quedarme allí. Decidí ir a la casa de unos amigos, que con suerte me acogerían un día, al siguiente me volvería a mi casa.
Llamé al timbre. Rápidamente salió una persona a abrirme la puerta. Era Luke.
-¿Por qué lloras?- dijo.
No le contesté. No me apetecía hablar del tema, pero aún así necesitaba a alguien con quien contar. Así que le abracé.
-Todo irá bien- me susurró al oído y acto seguido me besó en la mejilla-. Ahora pasa.
Dentro, en el salón, estaban los demás chicos, es decir, Ashton, Calum y Michael. Estaban viendo una película de terror, con las luces apagadas, por lo que ni se enteraron de que había venido.
-Siéntate, te traeré un vaso de agua.
-Gracias.
-¡Ahh!- gritó Ashton-. Madre mía, que susto me has pegado. Por cierto... ¿Qué haces aquí?
-Ehh... pues... Voy a ser clara. Mañana me vuelvo a casa y necesito un sitio donde quedarme, porque no tengo dinero para un hotel y además... ya no puedo quedarme mas en la casa de los chicos- dije sin darme cuenta de que una lágrima intentaba escapar.
-¿Qué ha pasado?- pregunto Calum.- No hace falta que me lo digas si no quieres.- Me miró tiernamente y me abrazó. Los demás chicos se unieron al abrazo, incluido Luke.
-Aquí tienes- dijo y me alcanzó un vaso de agua. Le dediqué una sonrisa de agradecimiento.
-¿Dónde están tus maletas?- preguntó Michael.
<<¡Mierda!>> pensé y me atraganté con el agua. Salí corriendo hacia el jardín. Miré a todos lados, pero ya era tarde. El taxi se había ido, y con él mis maletas. Me encontraba en medio de la calle llorando, no era solo por el equipaje. Era el horrible día que había tenido. Podría definirse como el peor día de mi vida.
Luke, salió corriendo del interior de la casa, en mi busca. Me abrazó.
-Solo son unas maletas, mañana te llevaré de compras si quieres- dijo intentando calmarme.
-No es solo eso. Además... además esta Liam. No me puedo creer que me hiciera esto- dije.
-¿Qué ha pasado?
-Liam... Liam y yo...- empecé a llorar más fuerte. Dolía demasiado.- Hemos...- me armé de fuerzas y lo dije- Hemos roto.- pero mi confianza no duro demasiado por lo que me eché a llorar de nuevo.
-Lo siento mucho.
Me cogió de la mano y me llevó dentro de la casa. Subimos por las escaleras y giramos a la derecha en dirección a su habitación. Entramos. Abrió su armario y me lanzó una camiseta.
-Ya que no tienes pijama... puedes ponerte esto. Yo dormiré en el sofá, tu puedes dormir en mi cama.
-No hace falta, puedo ir yo al sofá.
-No, de veras que no me importa. Además no vas a poder hacerme cambiar de opinión. Soy muy cabezota.
-Está bien.

~~~

Eran como las dos de la madrugada y tenía sed, por lo que decidí bajar a la cocina a por un vaso de agua. Para ir tenía que pasar por el salón, donde Luke dormía.
Volvía a mi habitación cuando le oí llamarme.
-Espera- dijo. Me quedé plantada en medio de la oscuridad hasta que me hizo una seña para que me acercase.
Me tumbé junto a él en el sofá. Me rodeó con su brazo y me atrajo junto a él. Apoyé la cabeza en su pecho. Oía los latidos de su corazón, cada vez más acelerados. Eso significaba que... ¡le ponía nerviosa! Nos quedamos así un rato. Mirándonos el uno al otro hasta perder la noción del tiempo. Sin pronunciar palabra pero diciéndolo todo. Me acurruqué aún más y me quedé dormida.

~~~

Me desperté temprano, junto a él. Pero sabía que debía irme, por eso me había arriesgado. Arriesgado a pasar mi última noche con él. Hice el menor ruido posible para que no se despertara. Subí las escaleras. Una vez arriba me cambié de ropa y, como no tenía las maletas, no tuve que hacerlas, cosa que al final agradecí.
Salí al jardín. Por suerte ninguno de los chicos se había despertado por lo que me ahorraría las despedidas. Aunque aún así era triste. No podía irme sin más por lo que volví a entrar y dejé una nota en la cocina. Ahora si estaba lista para irme. Llamé a un taxi y este me llevó al aeropuerto.
Llegué a mi destino. Me acerqué a información, donde me indicaron que para comprar los billetes de avión tenía que ir recto y después girar a la derecha para encontrar una taquilla de color azul. La señora me atendió amablemente. Dijo que no había vuelos disponibles para ese día, pero que aún así intentaría buscar una excepción. Lo consiguió. Mi vuelo salía al mediodía, a las doce. Saqué la tarjeta de débito de mi bolso y pagué. Menos mal que el dinero era de mis padres porque si no...

Ya eran las doce menos diez y esperaba impaciente a que el vuelo saliese porque, aunque había sido el mejor verano de mi vida, también lo había pasado fatal y deseaba poder olvidarlo todo y volver a casa. Retomar los estudios y seguir con mi vida normal. Mi amiga, Lucía, se había quedado con ellos, cosa que me pareció un poco extraña porque sabiendo lo que Liam me había hecho parecía no haberle importado demasiado. Pensé en dejarlo ir.
Y por otra parte estaba él. Luke. Le iba a echar de menos. Pero debía volver, por mi propio bien.
-Señores, pasen por aquí y muéstrenme sus billetes- decía una azafata. Yo estaba de las últimas en la cola, la cual tardaba bastante en avanzar, y me desesperaba de lo lenta que iba, porque quería irme ya y olvidar el pasado.
Era mi turno.
-Tome.
-Pase por aquí.

Busqué mi asiento, el cual resultó estar bastante cerca de la cabina de las azafatas, justo al final del avión. Me acomodé tranquilamente. Todavía no habían terminado de pasar todos los pasajeros cuando oí una voz. Esta provenía de los altavoces situados a los lados de los asientos. Pero no era solo una persona hablando. Estaba cantando. Conocía esa canción. Y también sabía quien la cantaba. Era... era él.

I'm right here. When you gonna realise
That I'm your cure, heartbreak girl?



La canción la conocía perfectamente. Pero estaba cantada en un tono distinto. Parecía triste. Le vi, y estaba en lo cierto, era Luke. Estaba buscándome. Iba asiento por asiento cantando, con el micrófono en la mano. No podía ser cierto, yo solo quería volver y él solo quería que me quedase.
Me levanté, debía dejar de huir y afrontar la situación. Caminó lentamente hacia mi y yo me acerqué despacio hacia él. Nos situamos a milímetros el uno del otro. Apoyamos nuestras frentes unas contra otras, puse mis manos encima de sus hombros y... me derrumbé. Lloraba, no sabía porque, pero lo hacía. Me secó las lágrimas y alzó mi barbilla. Me estuvo mirando fijamente. Me observaba. Cerró los ojos y yo los míos. Por fin nos besamos. Aquel beso había sido dulce, había sido amable, había sido... simplemente perfecto, lo que había estado esperando tanto tiempo pero no me atrevía a pensar, por miedo, simple miedo... ¿a qué? No lo sé.
Cuando el beso acabó me miró y me sonrió. Acto seguido me cogió de la mano y me guió fuera del avión.
-Espera- dije antes de que pudiésemos salir del avión. Se quedó paralizado mirándome.- No puedo quedarme, debo irme. No tengo otro lugar donde ir. Simplemente no puedo.- Le dediqué una última mirada de lamento, le solté la mano y me di la vuelta. Antes de que pudiera hacer nada más me agarró d nuevo la mano, ahora mas fuerte.
-No... no te dejaré ir.
-Lo siento.
-Me iré contigo.
-No seas estúpido, no vas a ir a ninguna parte, tu te quedas aquí.
-Iré a donde tú vayas.
-Señores pasajeros, el avión despegará en unos minutos- anunció la azafata.
-Decídete rápido. ¿Quieres irte o quedarte?- preguntó Luke.
No le respondí y me regresé a mi asiento. Cogí mi bolso y salí corriendo. Le alcancé y le agarré la mano. Salimos corriendo de aquel avión. Juntos.
-Me quedo.- dije al salir.
Puso una mano en mi mejilla y acercó sus labios a los míos hasta rozarse.

~~~

Me llevó a casa. Su casa. Dijo que podría quedarme allí con él. No tenía que preocuparme demasiado porque vivía solo. La otra noche estaban los chicos porque les había invitado a dormir.

Era una noche de tormenta, las ramas chocaban en la ventana y sus sombras se reflejaban en la pared. Suerte que tenía a Luke a mi lado. Él me protegía.
La ventana se abrió de golpe y las gotas de lluvia rebotaban en mi cara. Me levanté para cerrarla. Vi una sombra en la oscuridad y no tuve duda de quien era.
Salí de la habitación, bajé las escaleras y salí al jardín. Él estaba fuera esperándome. ¿Cómo me había encontrado?

 

-Liam...- susurré.
Luke salió a mi encuentro. Se puso a mi lado y rodeó mi cintura con su brazo.
-¿Qué haces aquí?- pregunté.
-¿Qué haces tú aquí?- No le respondí y siguió hablando.- No importa.
-¿Cómo lo has sabido?
-He visto la forma en el que le mirabas...- dijo en un tono triste.
-Lo siento...
-No te disculpes. Solo he venido para pedirte perdón y decirte... decirte que te quiero...- dijo. Acto seguido se fue. ¿Cómo me podía hacer esto? No me lo podía creer. Y lo peor es que Luke estaba a mi lado y lo había oído todo. ¿Cómo podía ser tan egoísta? Sabía la respuesta porque yo también lo había sido. El amor. El amor te hace ser egoísta.

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